El merengue suizo es uno de los que más se utiliza en repostería porque es más estable que el merengue
normal (o francés) y es muy fácil de hacer. Además, como las claras van
cocinadas es perfecto para consumirlo crudo (sin hornear), por lo que este merengue
es el ideal para cubrir o rellenar tartas. ¡Y queda con un color brillante que
es espectacular!
- 4 claras de huevo
- 200 gr de azúcar
ELABORACIÓN:
1 – Limpiamos con unas gotas de
limón y un papel de cocina el bol metálico que vayamos a utilizar. Así lo
dejamos totalmente libre de grasa (que es una gran enemiga del merengue).
2 – Añadimos las claras (teniendo cuidado de no caer restos de yema, porque es la segunda gran enemiga del
merengue) y el azúcar, y colocamos el bol sobre un cazo al que habremos añadido la
suficiente agua como para tocar el fondo del bol y poder hacer un baño María.
3 – Calentamos a fuego medio sin
parar de remover hasta que el azúcar se haya disuelto por completo o, si
tenemos un termómetro de cocina, hasta que alcance 65-70ºC.
4 – Sacamos del fuego y
comenzamos a batir con un batidor eléctrico a velocidad media-alta hasta que se
forme un merengue firme y brillante. Sabréis que está listo si, al poner el bol
boca abajo, el merengue no se mueve.
Y así de fácil tendremos listo nuestro merengue para poder utilizarlo en un montón de recetas.
CONSEJOS:
- Como ya he dicho antes los utensilios que utilicemos para montar nuestro merengue tienen que estar perfectamente limpios y libres de grasa. Para asegurarnos de que no tiene nada de grasa podemos pasar un papel de cocina con unas gotas de limón
- Otra precaución para no tener problemas a la hora de montar el merengue es que, a la hora de separar las claras de las yemas, no se nos caiga ningún resto de yema a las claras.
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