Esta tarta era una tarea pendiente desde hace algún tiempo, ya que es una de las favoritas de mi pareja. Se la pide cada vez que vamos a una cafetería de aquí de Badajoz, y siempre me pregunta que por qué no se la hacía yo. Pues ya llegó el momento. El otro día hice la lista de la compra y dije…:”Ah! Y compra Guinness!”. Los ojos se le pusieron como platos y la sonrisa no podía ser más amplia. Solo por eso hubiese merecido la pena haberla hecho antes. Pero bueno…mejor tarde que nunca. Y la verdad, ha quedado riquísima. La cerveza Guinness tiene un sabor muy potente a cebada tostada, pero en el bizcocho no sabe igual. Queda un bizcocho denso pero jugoso, con un riquísimo sabor a chocolate que culmina en un ligero amargor de la cerveza. Y todos esos intensos sabores contrastan con el fresco, dulce y esponjoso frosting de nata y queso. Se me hace la boca agua solo de pensarlo. ¿A vosotros también?
INGREDIENTES:
(para un molde de unos 25 cm )
Para el bizcocho:
- 250 ml. de cerveza negra Guinness
- 250 gr. de mantequilla
- 250 gr. de harina
- 75 gr. de cacao puro
- 400 gr. de azúcar
- 2 ½ cucharaditas de bicarbonato
- 140 ml de nata líquida para montar
- 2 huevos L
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Para el frosting:
- 300 gr. de queso de untar
- 150 gr. de azúcar glass
- 300 ml. de nata líquida para montar
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
ELABORACIÓN:
1 – Precalentamos
el horno a 180 ºC
2
– En un cazo ponemos a calentar la cerveza a fuego medio y, cuando esté
caliente pero sin llegar a hervir, añadimos la mantequilla cortada en varios
trozos. Removemos hasta que se derrita completamente, retiramos del fuego y
reservamos.
3
– En un bol ponemos tamizada la harina, el cacao y el bicarbonato, y añadimos
también el azúcar. Mezclamos todo bien y reservamos.
4
– En otro bol batimos la nata líquida, los huevos y la esencia o el aroma de vainilla.
5
– Después, añadimos la mezcla de cerveza y mantequilla, que ya se habrá atemperado, y batimos hasta que
quede todo integrado.
6
– Para finalizar nuestra masa de bizcocho, vamos añadiendo poco a poco, e
incorporando con unas varillas, los ingredientes sólidos que teníamos mezclados
y reservados (harina, cacao, bicarbonato y azúcar). No os preocupéis si veis la masa muy líquida. Es así. Cuando se hornee quedará un bizcocho jugoso y delicioso.
7
– Engrasamos o encamisamos nuestro molde y vertemos en él la masa. Horneamos a 180ºC , con calor arriba y
abajo, durante 40-50 minutos o hasta que al pinchar en el centro con una aguja
fina ésta salga limpia. Os recomiendo poner un trozo de papel de aluminio
encima del molde para que no se queme la superficie del bizcocho. Podemos
quitárselo en los últimos 5 minutos si queremos que coja un poco más de color
8
– Cuando esté hecho, sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla, pero no lo desmoldamos hasta que esté totalmente frío.
Para el frosting:
9
– Montamos la nata (que debe estar fría para que monte bien) y dejamos en el
frigorífico hasta que la necesitemos.
10
- En un bol añadimos el queso, el azúcar
glass y la vainilla (si se desea), y batimos ligeramente hasta que se forme una
crema muy suave.
11
– Por último, incorporamos la nata montada con movimientos envolventes
ayudándonos de una lengua de repostería. Y de esta forma tan sencilla tendremos preparado un
fresco y delicioso frosting que imitará a la espuma de la cerveza.
Montaje:
El montaje de esta tarta es muy muy sencillo. Sólo tenemos que poner el bizcocho en el plato o bandeja en el que queramos servir la tarta y echar por encima todo el frosting. Con la ayuda de una cuchara o una espátula, vamos extendiéndolo hacia los bordes del bizcocho. No pasa nada si se cae un poco por los lados porque así parecerá que se ha derramado la espuma de la cerveza. Fácil...¿verdad? Pues no os podéis imaginar lo rica que está.
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