martes, 5 de agosto de 2014

Queijadas de Évora



¡Cómo me gusta el verano y sus días soleados! Me activa y me llena de energía. En cuanto llega el buen tiempo parece que me han puesto unas pilas (de esas de las del conejo) y no paro. Piscina, playa, patinar, quedar con amigos, ir de camping.. Vamos, que me falta el tiempo. Todos los años voy algún fin de semana a algún pueblo costero de Portugal, pero este año no amanezco en Badajoz ningún fin de semana. ¡Qué gran descubrimiento ir de camping a Portugal! Está cerca, tiene unos pueblos preciosos y el paisaje es maravilloso. ¡¡¡Y qué ricos están sus postres!!! 
Curioseando, uno de estos días, en una tienda de Melides, descubrí el azúcar natural de caña. Parece ser que en Portugal, y seguramente en muchos más sitios, se utiliza mucho este azúcar, sobre todo para su repostería tradicional. Pero yo no lo había visto nunca. El azúcar moreno de caña integral sí, por supuesto. Pero éste tiene un color más oscuro que el natural. Y la textura y el sabor también son distintos. 
El caso, es que en el paquete venía escrita la receta de las Queijadas de Évora, y pensé...."Nunca he hecho un postre portugués. Pues ya estoy tardando". Y en cuanto llegué a casa me puse manos a la obra, con la complicación de que como nunca he probado este pastel, no sabía cómo tenía que ser el resultado. Pero creo que salí airosa del reto, porque no quedó ninguno.  


INGREDIENTES:

- 4 yemas
- 400 gr. de queso fresco
- 225 gr. de azúcar natural de caña
- 1 cucharadita de canela
- 30 gr. de harina
- 20 gr. de mantequilla




ELABORACIÓN:

1.- Precalentamos el horno a 180ºC.

2.- Batimos en un bol las yemas, el queso (yo utilicé un queso fresco de cabra para que tuviese un sabor más potente para los adictos al queso; sino, un queso fresco de oveja sería perfecto) y el azúcar.





3.- Añadimos la canela y la harina, y volvemos a batir.




4.- Por último, derretimos la mantequilla en el microondas, se la echamos a la mezcla anterior y batimos nuevamente.

5.- Distribuimos la masa en moldes de magdalenas de pequeño-mediano tamaño, previamente forrados con papel vegetal o con cápsulas de magdalenas (es lo que yo utilicé).


6.- Metemos en el horno durante unos 25 minutos. Pasado ese tiempo, tocad la superficie del pastel, y si está demasiado blanda, dejad 5 minutos más.


7.- Una vez atemperadas, espolvorear con azúcar glass.



NOTA:

- Como no había probado este pastelito nunca, no sabía qué tamaño debe tener, y creo que utilicé moldes excesivamente grandes, porque se supone que la masa era para 20 queijadas ¡y a mi me dio para 9! El problema de eso fue  que la masa no quedó lo suficientemente consistente. Pero de sabor, ¡¡¡buenísimos!!!

En caso de que no encontréis azúcar natural de caña, sin duda, yo utilizaría azúcar moreno antes que el azúcar blanco.


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