Natillas

¿Alguna vez habéis hecho natillas caseras? ¿No os sorprendéis de lo fácil que es hacerlas y de lo buenísimas que están? Este es un postre de los de toda la vida, de los que nos hacían nuestras madres y nuestras abuelas. La mía le ponía una galleta María por encima y eso era mejor que la sorpresa del huevo Kinder. ¡Qué maravilla! Las NATILLAS CASERAS no tiene ni punto de comparación con esos preparados de sobre que no se sabe ni lo que llevan. Si no las habéis hecho nunca, animaros porque nunca más querréis otras. Y es que quedan tan finas y suaves…que no podréis resistiros.

 INGREDIENTES:

- 500 ml. de leche entera

- 80 gr. de azúcar

- 3 yemas L

- 15 gr. de maizena

- 1 vaina de vainilla

- Piel de ½ limón

ELABORACIÓN:

1 – Separamos medio vaso de leche y ponemos el resto a calentar a fuego medio con la vainilla raspada y la piel de limón. Justo antes de que empiece a hervir, apartamos el fuego y dejamos infusionando 15 o 20 minutos.

2 – Mientras, ponemos en un bol el azúcar, la maizena y las yemas y batimos un poco para que se incorporen.

3 – A continuación añadimos el medio vaso de leche que habíamos separado y volvemos a batir.

4 – Cuando haya pasado el tiempo y la leche esté infusionada, le quitamos la vainilla y la piel de limón y, a continuación, añadimos un poco a la mezcla anterior y batimos. Después vamos añadiendo el resto de la leche poco a poco sin parar de batir para que no se cuajen las yemas.

5 – Ponemos esta mezcla otra vez a fuego medio removiendo constantemente hasta que espese un poco y…¡ya están hechas! Así de fácil y rápido podéis disfrutar de unas deliciosas natillas caseras.

CONSEJOS:

·        Cuando peléis el limón tened cuidado de no coger la parte blanca porque amarga. Ayuda mucho utilizar un pelador para este proceso porque coge justo la superficie amarilla y nada de lo blanco.

·        La maizena siempre se disuelve en frío porque en caliente no se disuelve bien y saldrían grumos. Por eso separamos medio vaso de leche en vez de ponerla toda a infusionar.

·        Las natillas no son demasiado densas, sino sería una crema pastelera, así que no esperéis que os quede una crema muy espesa. Además tened en cuenta que al enfriarse siempre espesarán un poco más.

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