viernes, 19 de diciembre de 2014

Galletas de jengibre Navideñas


¿Os he dicho ya que me encanta la Navidad? ¿Y sabéis qué me gusta todavía más? Preparar los postres Navideños en familia. No hay nada más divertido que ver a un niño meter sus pequeñas manitas en la masa, rechupetearse sus deditos manchados de merengue o chocolate, y rebañar cualquier sobra que va quedando en los boles. Y si además, vamos amenizando el “reposteo” en familia cantando algunos Villancicos y haciendo tonterías varias… pues mejor todavía (no es nuestro caso ejem ejem, solo era una sugerencia jijiji).

Estas galletas de jengibre son un dulce típico navideño, sobre todo, en el norte de Europa. Las  galletas que hemos hecho eran las típicas de forma de muñeco que todos hemos visto en las películas. ¡Y yo también quería hacerlas! En inglés se llaman Gingerbread man.

La historia de estas galletas con forma humana, según cuenta Wikipedia, viene del siglo XVI, cuando la reina Isabel I de Inglaterra regalaba, a sus invitados importantes, galletas de pan de jengibre que se parecían a ella. ¿Se parecería la reina a una de nuestras galletas?



INGREDIENTES:

- 350 gr. de harina
- 125 gr. de mantequilla sin sal
- 100 gr. de azúcar moreno
- 5 gr. de bicarbonato
- 1 huevo
- 100 gr. de miel
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 2 cucharaditas de jengibre en polvo
- ½ cucharadita de nuez moscada
- ½ cucharadita de sal


Para decorar:

- 1 clara
- 100 gr. de azúcar glas
- Unas gotas de zumo de limón
- Colorante alimentario (opcional)

Tengo que decir que se me olvidó poner el limón en la foto


ELABORACIÓN:

1 – En un bol batimos la mantequilla, que deberá estar en punto de pomada, y el azúcar.


2 – Agregamos el huevo y la miel y seguimos batiendo hasta que estén integrados.


3 – Añadimos las especias y el bicarbonato a la harina, lo mezclamos todo y lo incorporamos, previamente tamizado, a la masa anterior. Después le añadimos la sal y mezclamos todo.


4 – Cuando esté todo completamente integrado, lo amasamos en una superficie enharinada hasta que quede una masa suave.


5 – Dividimos la masa en dos partes, las aplastamos un poco, las envolvemos en papel film y las metemos 30 minutos en el frigorífico.


6 – Precalentamos el horno a 180 ºC.

7 – Después cogemos una de las masas (la otra la dejamos en el frigorífico), la ponemos sobre una lámina de papel de vegetal (papel de horno) y la estiramos con un rodillo hasta que quede de unos 5 milímetros.

Lo que estaba amasando mi peque era ya uno de los recortes, pero también ayudó a estirar la masa grande

8 – Cortamos nuestras galletas con ayuda de un molde. Si no tenéis ningún molde se puede utilizar, por ejemplo, un vaso y os saldrían unas preciosas galletas redondas que podríais decorar después como si fueran bolas de un árbol de Navidad.


9 - Cogemos nuestras galletas con cuidado y las ponemos en una bandeja de horno a la que habremos puesto papel vegetal. Si veis que la masa se ha quedado muy blanda y es difícil coger las galletas, meted la masa, tal cual está, con el papel vegetal y todo, en el frigorífico. Mientras tanto podéis ir haciendo lo mismo con la otra masa que teníamos en el frigo.


Por supuesto, todos los sobrantes que vayan quedando, se vuelven a estirar y se recortan más galletas. Aquí se aprovecha todo todo jiji.

10 – Horneamos 12-15 minutos. Tienen que quedar doraditas.

11 – Las ponemos a enfriar sobre una rejilla. Al principio están un poco blanditas, pero según se van enfriando se van endureciendo.


12 – Mientras se enfrían, vamos preparando la glasa para decorar nuestras galletas. Para ello empezamos a montar la clara, y vamos añadiendo unas gotitas de zumo de limón. Cuando esté prácticamente a punto de nieve, le vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas. Nos acabará quedando una textura ligera. 


Si apartamos una pequeña cantidad de nuestra glasa y le añadimos colorante alimentario (mejor si es en gel) tendremos diferentes colores para decorar las galletas.


13 - Con ayuda de un cornet (como el de la foto de los ingredientes) o una manga pastelera, vamos decorando nuestras galletas como más nos guste.


Ya solo queda esperar que se seque la glasa (si es que sois capaces jiji) y… ¡¡¡a disfrutar!!!



SUGERENCIAS:

·        Si no tenéis colorante alimentario y queréis poner varios colores en vuestra decoración, otra opción es utilizar chocolate de cobertura, fundirlo al baño María o en un baño de vapor, y ya tendremos un precioso color marrón.
  
·        Para conservar estas galletas, guardadlas en un tarro bien tapado porque absorben mucho la humedad del ambiente.


Y con esto ya me despido. Pronto volveré con otra riquísima receta. ¿Os lo vais a perder?


Si te ha gustado la receta, no te la guardes 
y compártela con tus amigos

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