La semana pasada os expliqué cómo hacer un riquísimo bizcocho de chocolate apto para la realización de una tarta de fondant. ¿Apto para una tarta de fondant? Pues sí. Porque no todos los bizcochos sirven. El fondant pesa mucho, y si lo ponemos sobre un tiramisú o la tarta de galletas que tanto le gusta a los más peques (ejem ejem....y a muchos mayores), la tarta acabará desplomándose. Normalmente, para una tarta que lleve fondant, el bizcocho tiene que ser firme y que no se desmigue fácilmente. Un bizcocho esponjoso como el de yogurt o el genovés podría serviros para una decoración muy sencilla. Pero si le queréis poner muñecos o mucha decoración...corréis el riesgo de que se venga abajo.
Pero no os preocupéis. Que el bizcocho sea firme no quiere decir que no haya quién se lo coma. La tarta lleva un buen baño de almíbar y un riquísimo ganaché de chocolate que hará que esté muy muy jugosa.
Seguro que os queda una tarta preciosa y a la que nadie podrá resistirse.
Seguro que os queda una tarta preciosa y a la que nadie podrá resistirse.