¡Madre mía el tiempo que llevaba detrás de esta receta! Hace tiempo estuve en un restaurante de aquí, de Badajoz. De postre…tarta de queso, una de mis favoritas. Pero cuando me pusieron ese tarrito delante, tan original, tan bonito, y taaaaaan increíblemente rico…¡¡¡aluciné en colores!!! Para empezar, como ya he dicho, la originalidad. No es una tarta de queso normal. Más bien es como una deliciosa crema de queso. Y, por otro lado, su sabor. No es un sabor tan suave como el de la tarta de queso. Sabía a algo mas fuerte, más potente, algo que me encantaba. Así que el otro día mi pareja me invitó a cenar y de postre…tarta de queso. Se lo tuvimos que preguntar al camarero:
“- ¿Es queso de cabra, verdad?
- Sí”
Yujuuuu.
Ahora solo tenía que investigar. Y la parte principal de mi deseada receta la
he sacado del blog de Orielo’s Kitchen (ya sabéis, tuneándola a mi manera). Por
cierto, os tengo que decir que a todos los intolerantes a la lactosa os va a
encantar este blog, a parte del mío, claro jiji.
Bueno…el
caso es que el resultado fue increíble. Siempre digo lo mismo, pero de verdad
que para los que os guste el queso, este postre va a ser su favorito. Me siento
muy muy orgullosa de estas minitartas porque me sorprendió a mi misma lo
buenísimas que estaban. Bon a petit!
